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Vivitos y coleando

No, no hemos muerto.

La vida en LA avanza a buen ritmo; tanto, que a este blog le están saliendo más telarañas que a la vida social de Chiquito de la Calzada.

Julia está encantada con su master. Ya no hay duda de que eligió el adecuado, básicamente porque consiguió entrar en aquel itinerario de guión/producción para TV del que os hablamos en su día, que en resumen quiere decir que tiene dos asignaturas más que sus compañeros y que está escribiendo a marchas forzadas el guión de una serie americana que se llama “Modern Family” y que es la monda. ¿Que por qué está escribiendo el guión de una serie que ya tiene sus propios guionistas? Porque hay dos cosas que se necesitan para encontrar trabajo como guionista de tele en este país: la primera, tener un “spec script”, esto es, el guión de un capítulo de una serie que se esté emitiendo en estos momentos en el que uno demuestre solvencia para entender e imitar el tono de la serie y las voces de sus personajes; la segunda, tener un “pilot script”, el guión del primer episodio de una serie de creación propia en el que se demuestre capacidad para generar nuevos contenidos. Este trimestre nos estamos centrando en lo primero (reproducir la voz de otros guionistas) y el que viene nos centraremos en lo segundo (demostrar que tenemos una voz propia, cosas que contar). No son pocos los alumnos que, dando a leer los guiones escritos en estas clases bajo la supervisión del profe, han encontrado representación y sido contratados en series de televisión americanas. Claro que ninguno de ellos era inmigrante. Julia es la única productora de la clase (el resto de alumnos son del máster de guión) y la única europea, lo cual da lugar a algunas situaciones cómicas. Por ejemplo, Julia se ha convertido en la asesora cultural de chistes latinos ya que ella es la referencia más cercana que estos chicos tienen de una colombiana, así como de una mexicana o de una argentina. Es triste pero es así: si no fuera por Julia, nadie de la clase sabría que la mayor parte de los mariachis no son venezolanos o que la especialidad de Julio Iglesias no es bailar tangos.

Pablo está razonablemente contento con su segundo año de máster. El campus de Los Angeles está mejor organizado que el de Nueva York y los profesores son más competentes. Este año, en vez de rodar cuatro cortos por fin de semana, su tarea principal consiste en preparar el corto que será su tesis (a propósito del cual empezaremos a daros la lata en breve) y en escribir el guión de largometraje que necesitará tener bajo el brazo cuando empiecen a llamarle agentes y productores locos por producir su primera película. El corto estará basado en el guión que escribieron Julia e Isa como proyecto de final de carrera en la Pompeu, la apasionante historia de amor y traición de Fritz Lang (cineasta de origen judío) y su mujer y guionista Thea Von Harbou en la Alemania Nazi. El largo es una comedia sobre una anciana racista y agorafóbica (imaginaros a Jack Nicholson en “Mejor… Imposible” pero en señora) que sin comerlo ni beberlo se ve en la obligación de cuidar a la hija de su criada mexicana. Por otra parte, estamos empezando a mover por festivales el corto “How to Rock a First Date”, que produjimos a pesar de grandes desastres climáticos en Nueva York el año pasado. Si no lo habéis hecho todavía, por favor dadle a “me gusta” en nuestra página en Facebook.

Por otra parte, Julia ha comprado a precio de ganga el guión de largometraje de una guionista del máster de UCLA y lo hemos enviado al laboratorio de guión de Sundance, el festival de cine más importante de Estados Unidos. Las posibilidades de que nos seleccionen son mínimas (cogen doce proyectos de mil quinientos) pero, en opinión de Julia, el guión es la monda (“Little Miss Sunshine” pero con más mala leche) y había que intentarlo. Si no es esto, alguna que otra cosa buena saldrá de él.

Ya tenemos sendos coches y carnets de conducir. Los dos aprobamos teórica y práctica a la primera, para gran sorpresa nuestra ya que, a pesar de juntar entre los dos veinte años de experiencia al volante, no es que nos caractericemos precisamente por ser buenos pilotos.

Del primer coche ya estáis informados porque es el Golf que nos dejó tirados en San Francisco. Por suerte, la garantía se ocupó de (casi todos) los gastos y ahora el coche ya está curado. El segundo es un New Beetle, también gris plata, al que Pablo llama “el huevo”. Si os estáis preguntando por el motivo de semejante mote, helo aquí:

El huevo lo conduce Julia pues Pablo está convencido de que dejarse ver en él minaría su credibilidad. Y la verdad es que Julia no tiene muchos argumentos para contradecirle.

Desde que nos mudamos a Los Angeles, nuestra vida social ha escalado varias posiciones. No hay sábado sin resaca. Precisamente este viernes, Julia organizó una fiesta para juntar a los productores de UCLA con los del Peter Stark, eternos rivales. La iniciativa fue muy bien recibida por ambas escuelas y la fiesta fue todo un éxito.

Por fin, después de meses sin encontrar un hueco para ocuparnos de la gestión, hemos comprado una tele, un reproductor de DVD y un disco duro para grabar todas las series de televisión a las que somos adictos, como “Modern Family”, “The Good Wife”, “Breaking Bad”, “The Big Bang Theory”, “How I Met Your Mother”, “30 Rock”, “Weeds”, “Mad Men” o “The Wire”. Todas muy recomendables.

Estamos planeando Thanksgiving, que vamos a celebrar con los compañeros de máster de Julia que han decidido no irse con sus familias, ya sea por motivos obvios (por ejemplo, ser sueco), o por no querer perderse el espectáculo que va a ser ver a Pablo marinando y rellenando el pavo al grito de “¡Julia, atenta a la salsa de arándanos, pordios!”

Siguiendo con la tradición instaurada desde que nos casamos, no volveremos a España vuelve-a-casa-vuelve-por-Navidad. Haremos un road-trip cuyo itinerario aún provisional pasa por San Diego, Las Vegas, Yosemite, el Gran Cañón del Colorado y Big Sur (región acantiladesca de la costa norte de California). La madre de Julia irá al volante de nuestro flamante Golf.

El clima en Los Angeles es una maravilla. Ahora mismo os escribimos en manga corta desde nuestro patio trasero, en el que luce un sol de lo más agradable. Tenemos dos ardillas en adopción y un colibrí que viene a libar de nuestras flores casi todas las tardes. La jardinería sigue siendo nuestra gran asignatura pendiente; de momento, si exceptuamos dos albahacas que van sobreviviendo y nos van dando para alguna que otra salsa pesto, todo lo que hemos intentado plantar se nos ha muerto. Es bastante humillante, sobre todo si tenemos en cuenta que absolutamente todas las plantas que ya estaban en el jardín antes de que llegáramos nosotros sobreviven y florecen con una vivacidad insultante. En cambio, planta que traemos nosotros, planta que se marchita al instante. A veces duran una semana; a veces, dos pero tarde o temprano todo acaba siendo pasto de nuestro infame gafe para la botánica.